
La Misoginia u odio a la mujer, ahora y en la antigüedad
La misoginia del griego μισογυνία, ‘odio a la mujer‘, es la aversión u odio a las mujeres o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar a la mujer como género y con ello todo lo considerado como femenino.
Unas épocas de diversas civilizaciones han sido más misóginas que otras; pero la raíz de la misoginia moderna es doble; por un lado, griega, a través de mitos como el de Pandora y de monstruos femeninos altamente simbólicos como las Sirenas, las Arpías, Escila y Caribdis o la Esfinge, o de filósofos como Aristóteles, quien escribió que las mujeres eran biológicamente inferiores al varón, y, por otro lado, la tradición semítica contenida en la Biblia, que consideró a las mujeres inferiores al varón a causa del pecado original de Eva y por castigo divino (Génesis, III, 16-17):
A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará. Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
En los Proverbios VII, 10-12, se dice de la mujer que:
Tiene aire de prostituta y el corazón lleno de astucia: es bulliciosa, procaz, sus pies no paran en su casa, ya sea en calle o en la plaza.
Juicios negativos que se reiteran en la historia de las mujeres de Salomón (I Reyes, XI, 1-27 y en muchos comentarios negativos de Proverbios, Eclesiastés etcétera. Por demás, los exegetas de la Biblia, sin excepción masculinos, interpretaban las figuras femeninas positivas de la Biblia no como mujeres, sino como símbolos de la Iglesia o del alma humana, como por ejemplo la Esposa del Cantar de los Cantares, o las ejemplares Judith y Esther. La Edad Media en Europa asimiló ambas doctrinas y en ella se llegó a discutir incluso si las mujeres tenían alma; la Santísima Trinidad del Cristianismo concebía Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero no madre; Dios es hombre y creó al hombre a su imagen y semejanza, no a la mujer, que fue una creación inferior desde el hombre, de una costilla suya; Eva hizo pecar a Adán; los Evangelios hablan más de los apóstoles masculinos que de los femeninos, que también los hubo; San Pablo dice que «las mujeres en la iglesia, callen». En el Mediovevo el cuerpo desnudo de la mujer era contemplado en el arte como sinónimo de Eva y el pecado original, mientras que en el Renacimiento aparecía como Venus o representante del goce epicúreo de la vida. Alfonso X el Sabio consideraba a la mujer «la confusión del hombre, bestia que nunca se harta, peligro que no guarda medida».
La tradición cristiana asumió por lo general la misoginia contenida en el Antiguo Testamento, pero también la tradición contraria que Jesucristo intentó predicar en el Nuevo Testamento, que destacó el papel de su madre, María, «Madre de Dios» y el de otras mujeres, y cuando la cultura se secularizó -por ejemplo en el Prerrenacimiento y en el Renacimiento- la misoginia decayó un tanto no sólo a causa de la tradición romana, un tanto feminista, sino a causa del Cristocentrismo y la imitación de la actitud respetuosa de Cristo con las mujeres. Por otra parte, otras religiones, que no han conocido algo semejante al Renacimiento pagano y racionalista, se muestran en general mucho más misóginas, como el Islam, en cuyo Corán se lee «cuelga el zurriago donde la mujer pueda verlo» y «el dominio masculino es indispensable para que los hombres puedan apropiarse del producto de la fecundidad femenina»; según la sharia o ley musulmana el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre; por otra parte, el Corán autoriza la poligamia de hasta cuatro mujeres y permite el concubinato.
Grandes misóginos han sido Semónides de Amorgos, Giovanni Boccaccio, Juan Manuel, Alfonso Martínez de Toledo, Jaume Roig, Francesc Eiximenis, Pere de Torroellas, Hernán Mexía, Íñigo de Mendoza, Marqués de Santillana, Ambrosio de Montesino, Rodrigo de Reinosa, Francisco de Quevedo, Pío Baroja, Camilo José Cela, Francisco Umbral, Pilar Primo de Rivera, Carmen Martín Gaite, Esther Vilar y Elvira Lindo.
La misoginia está relacionada con el pesimismo y la misantropía filosófica, pues la aversión a las mujeres suele ser sólo un síntoma de un desprecio más general hacia todo lo humano, hacia la humanidad en general.
Frases misóginas famosas
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Aristóteles (384-322 a.C), filósofo Griego.
La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades
El silencio es el mejor adorno de la mujer -
Erasmo de Rotterdam (1466-1536), filósofo y teólogo holandés.
La mujer es, reconozcámoslo, un animal inépto y estúpido aunque agradable y gracioso -
Pitágoras (580-500 a. C.), filósofo griego.
Hay un principio bueno, que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo, que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer -
Santo Tomás (1225-1274), teólogo y filósofo italiano.
El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan solo el principio pasivo -
Severo Catalina (1832-1871), político y escritor español.
Desde la edad de seis años, la mujer no crece más que en dimensiones -
François Marie Arouet Voltaire (1694-1778), escritor francés.
Las mujeres son como las veletas: sólo se quedan quietas cuando se oxidan -
Johann Wolfgang Goethe (1749-1832), escritor alemán.
Al envejecer, el hombre construye su rostro y la mujer lo destruye -
El Corán.
El dominio masculino es indispensable para que los hombres puedan apropiarse del producto de la fecundidad femenina -
Francisco de Quevedo (1580-1645), escritor español.
¡Oh, qué plaga, qué aburrimiento, qué tedio es tener que tratarse con ellas mayor tiempo que los breves instantes en que son buenas para el placer! -
Jean-Baptiste Poquelin Molière (1622-1673),dramaturgo francés.
Por muchas razones no es bueno que la mujer estudie y sepa tanto -
Noel Clarasó (1905-1985), escritor español.
El hombre que a los 20 años no cree en la mujer no tiene corazón, y el que sigue creyendo en ella a los 40 ha perdido la razón
Este es un resumen de las frases machistas o misoginas, que podemos encontrar incluso ahora, como por ejemplo estas:
La belleza cuesta
Eres demasiado bonita para estar llorando así
Si te trata mal, es porque le gustas o está enamorado de ti
Si no te apuras, te va a dejar el tren
Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer

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7 Comentarios
MMB
Acabas de describir al tipico YUPIE agresivo, por suerte nuestra, creo que esta etapa esta en declive, pués son los causantes de esta crisis económica mundial. Esta cambiando, creo que esta agresividad se esta transformando en más dialogo, más meditaci´pon, más negociación, y la mujer y su inclusión en el mundo laboral tiene mucho que ver y que hacer.
OLB
No creo que la menor presencia femenina en el poder se deba al peso de la familia. El varón suele estar más liberado de esa carga y generalmente no asciende más allá de donde empezó su padre.
El adquirir poder está más relacionado con el despotismo y la agresividad que con ser un buen profesional. Saber explotar a los subordinados y machacar a los competidores es la clave, aderezado con capacidad de sacrificar todo lo que te amarre a los demás y una inteligencia brillante.
Es lamentable que sea así, lo se.
Esto es más propio del sexo masculino.
MMB
Sr. Gabriel, le aseguro que la no presencia de la mujer en ciertos ámbitos de poder, económicos, políticos, directivos, etc.. no se debe a una falta de responsabilidad personal de las mujeres, como usted sugiere, sino que es debido a un exceso de responsabilidad hacia la unidad familiar, hijos y pareja, ya que no le dejan tiempo para más cosas como crecer profesionalmente.
Gabriel Alarcón
El solo hecho de exponer resúmenes religiosos evidencia ya una tara; me remitiré entonces al siguiente argumento laico: La ausencia (no exclusión) de la mujer en los ámbitos humanos más relevantes está plenamente justificada, ya que por su naturaleza envidiosa, egoísta, lasciva, y, sobretodo frívola, es incapaz de comprometerse en el profundo grado con que lo hace el varón.
Me adhiero al pensamiento de Francisco de Quevedo: sólo son útiles al momento del placer sexual. ¿Qué es la mujer?… Pues toda la piel que se extiende alrededor de la vagina.
Nidia Alvarez
Estoy de acuerdo con las observaciones apuntadas en cuanto al evidente hecho de que el autor o autores de la biblia son misóginicos en la mayoría de las expresiones relacionadas con la mujer
Jorge Queirolo Bravo
La iglesia católica odia a las mujeres, es clara e indiscutiblemente misógina. Y esta institución maligna y delictiva no tiene ni la más leve intención de cambiar ni un ápice sus políticas ridículas. Para el clero la mujer no es más que un desecho, que, en el mejor de los casos, tiene como finalidad ser la sirvienta de los hombres.
La iglesia católica demuestra que está de acuerdo con estos principios arbitrarios e injustos, al no concederle a la mujer ni la más mínima importancia. Para muestra un botón: las mujeres no pueden acceder al sacerdocio. A lo mucho pueden optar a ser monjas, asumiendo funciones serviles y de relevancia prácticamente nula. En el escalafón eclesiástico la mujer ocupa el último peldaño, el menos visible y apreciado. ¿Quién podría discutir esto? Jamás he recibido de un católico una explicación satisfactoria o coherente frente a esta discriminación absurda. Es que no existe una justificación real. Sé, por lo tanto, que nadie me va a rebatir con argumentos válidos esto que estoy diciendo. Clero católico: las verdades duelen. Ustedes enloquecerán de tanto dolor.
Zaida
Considero mucha falta de respeto hablar de lo que dice la biblia sin entender a quien está dirigida en estos versículos aludidos o las figuras literarias incluídas allí, menos que Eva pecó cuando lo hizo Adán.
Me decepcionan,