
Cuando caducan los sentimientos
Cuando caducan los sentimientos, y las culpas son puñales envenenados de reproches, es difícil salir ilesa del remordimiento. Mi noche es triste e incluso se siente desdichada, no sabe entender y tampoco lo comprende.
Tecleo un suspiro narcotizado por la posibilidad de dormir, mientras espero con impaciencia un sueño profundo.
Despedirse no es mi fuerte y en este instante siento debilitada la posibilidad de no huir, es casi imposible defenderme y mis banderas roídas de impotencia suplican al declive para salir del túnel.
Hoy mi alma está ciega y mis ilusiones, perplejas se agotan en la reflexión, mientras lo inerte vuelve a despertarse y no hay nadie que me explique.
Me acaricia el precipicio y la novedad me deja indiferente, aturdida por su pasividad, sin energía y en plena efervescencia.
Sus manos cesaron los encuentros y la piel harta de esperar, recupera fuerzas en la imaginación. Ojos llorosos, y lágrimas agotadas de suplicar un BASTA.
Hoy mis letras no tienen colores, y sólo conjugo el verbo en pretérito mientras escondo en el ahora un nuevo demasiado oscuro, y un mañana sin rumbo.
Pero estoy fuerte, y sino, me lo invento, no soy superwoman, ni encajo en el prototipo del marketing de masas, pero aún me late el corazón, y yo sí soy de las que tienen mariposas, sólo que con la experiencia a veces si hay gusano, es mejor volver al capullo y esperar que deje de llover, o comprarme una emoción que no me deje sin saldo y me regale cobertura. Queridas compañeras de cromosomas, se supone que estoy volviendo a nacer, pero mi estado en barbecho duele, quema y desgarra las entrañas, por apostar en el juego del amor, y perder las fichas mientras gana la banca.
Tal vez es que me he confundido de mesa, o que soy demasiado exigente con el croupier, y esta vez me toca a mí dejar de tocar y salir del casino.
Pero, ¡como duele!, ya se me había olvidado jugar a las despedidas, y hasta en mi mente susurraba una feliz, ficticia, falsa, y anhelada estabilidad.
Decepcionada y odiando más que nunca el mundo Disney, esta princesa que huía de los maleficios, ha dejado de reinar en la magia de un nosotros.
Y he perdido el juego, la partida, los caramelos y las pompas de jabón han dejado de volar para escocerme los ojos y soplar mi vela, sin apenas ver la tarta.
Hoy no soy negativa y me alejo del lado superficial, frívolo y divertido. Incluso he perdido la agilidad verbal y suspendido en lingüística, pero la lógica es demasiado aplastante y hasta pensar duele.
Hoy mi profundidad se ha cansado de esconderse y este pijama a rayas necesita libertad para no besar los barrotes y cambiar de vestuario. Aún no tengo interés, ganas, ni idea de si quiero algún diseño, pero sé que con estos calores, la temperatura de mi cuerpo necesita respirar y la de mi alma un nuevo abrigo/abrazo mientras encuentro un lugar para no sentirme sola y disfrutar la soledad.

Ensalada de tomate con mozzarella
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3 Comentarios
Marcia
Gracias por tu aportación. Feliz semana.
Ruth santos
dabes lo que es estar solo? sabes lo se ciente caminar por un boulevar, el boulevar de los sueños rotos… no sabes donde vas pero caminas.
Montse
Mi querida amiga de cromosoma, ante la confusión y ofuscación de la mente por una despedida, o rotura, o quien sabe qué. Que tire la primera piedra quien de nosotras no se ha sentido ni una sola vez asi, como te sientes tú. Solo darte mi apoyo de amiga, que no estás sola en tu soledad, que todo pasa, que la vida sigue, que en los cuentos de Disney se olvidaron decirnos que nuestro principe lo tenemos que saber elegir entre un montón de impostores. Amiga anímate y cuidate muchisimo, tú vales mucho para un principe de pacotilla.Un fuerte abrazo.