Sabias quién fué el primer tarotista profesional

Pues fue un hombre francés llamado Etteilla (1738-91) era el seudónimo de Jean-Baptiste Alliette, un ocultista francés quien tuvo un rol esencial en el desarrollo esotérico del Tarot. En sus orígenes el Tarot se consideraba un simple juego de cartas, y las barajas que existían no tenían otro valor más que el de una baraja. Este francés en 1785 escribió «Manière de se récréer avec le jeu de cartes nomées Tarots», el primer libro dedicado a la adivinación a través del Tarot, también escribió otros libros, uno de ellos dedicado a relacionar el Tarot, la Astrología y los Elementos.

Se conoce muy poco acerca de su juventud, sin embargo, y por la forma cómo sus libros están escritos, parece ser que tuvo una educación muy modesta. De hecho, ocultistas posteriores como Lévi, Waite y Papus le han criticado por considerarle algo inculto y un tanto interesado en el tema económico, ya que cobraba por sus servicios (hoy en día eso no sería motivo de crítica ¿verdad?).

A los tres años de la publicación de su libro, publicó su primera baraja del Tarot diseñada no para jugar, como las barajas anteriores, sino específicamente con fines esotéricos, incluyendo la adivinación. Todas las barajas anteriores, incluyendo el Tarot de Marsella, habían sido diseñadas principalmente para jugar. De ese modo, inauguró una larga tradición de las barajas ocultistas.

Etteilla atribuyó el Tarot a los antiguos egipcios., en ello coincidió con otro importante ocultista llamado Court de Gébelin. Pero Etteilla fue mucho más lejos en sus investigaciones, estableciendo que el Tarot se había creado exactamente 2.125 años antes de la publicación de su libro. Lamentablemente, nunca pudo probar ese dato.

Aún así, a Etteilla se le debe la publicación de significados adivinatorios para cada carta, y métodos para realizar tiradas, incluyendo uno muy complejo donde se hace una síntesis del Tarot y de la Astrología.

Sus años finales los pasó escribiendo, haciendo tiradas y entrenando a una nueva generación de lectores del Tarot. Su reputación como tarotista creció y llegó a ser muy conocido. En 1788 llegó a fundar la primera sociedad dedicada al estudio de El Libro de Toth y tres años más tardé, cuando tenía cincuenta y tres años, el tarotista falleció.

Aunque no fue un pensador profundo como sus colegas Waite, Lévi o Papus, no se le puede privar del honor de ser un auténtico pionero en los métodos adivinatorios aplicados al Tarot. Popularizó el Tarot y consiguió que la gente de a pie pudiera ver y entender la baraja Tarot de una forma completamente distinta a la que hasta entonces estaba acostumbrada.