
Cerebro y sexo: Existe una relación…
Hace ya unos años, un neurólogo estadounidense, Ruben Gur, descubrió que las mujeres y los hombres somos diferentes en cuanto a nuestro cerebro se refiere. El doctor, llegó a afirmar que hombres y mujeres, utilizamos zonas cerebrales con distinta intensidad.
Se llevaría a cabo un experimento con 37 hombres y 24 mujeres,todos en perfecto estado tanto físico como mental. A éstos se les inyectaría un isótopo de baja radiactividad asociado a la glucosa (como bien sabemos uno de los elementos clave junto con el oxígeno para la actividad neuronal), los investigadores localizaron y midieron la actividad de sus cerebros. Lo hicieron en estado de reposo,haciendo uso de la PET (Tomografía por emisión de positrones).
El experimento demostró que existen claras diferencias de actividad metabólica neurológica entre el hombre y la mujer en al menos 17 zonas del cerebro, pero lo que sorprendió a los investigadores, tal vez porque eran varones, fue que las damas empleamos mucho más a fondo la sustancia gris, que los varones.
Esto nos podía llevar a pensar que el cerebro femenino podría haber alcanzado una gran evolución, pero según el director del citado experimento eso no es totalmente cierto y parece ser que existe una área en la que se deriven las emociones: El sistema límbico.
Ese sistema se ha desarrollado más en el ser humano que en el resto de las especies. En términos neurológicos, se puede decir que los hombres usan más las regiones límbico – temporales, mientras que las mujeres utilizarán más la región límbico – cingular. La mujer hará uso de la parte que parece estar mucho más evolucionada. Todo esto nos llevará a poder, más o menos, explicar por qué las mujeres somos más sensibles, según nos han dicho siempre, y en parte con cierta razón, pudiendo llegar a expresar mejor sus sentimientos que los hombres; y por otro lado por qué ellos son más agresivos.
En relación con todo esto, se sabe que las mujeres, por lo visto lloramos más fácilmente que los hombres, siendo una cuestión meramente biológica. Parece ser que el Doctor Gur y los suyos no tuvieron en cuenta a las plañideras, las cuales estuvieron presentes en nuestra literatura, por ejemplo, de la mano de uno de nuestros grandes escritores: Federico Garcia Lorca, en su obra «La casa de Bernarda Alba». Estas mujeres se dedicaban a llorar en los distintos funerales a los que acudían, a cambio de dinero.
Los hombres, según mi modesta opinión, no salen muy bien parados, ya que se les tacha de insensibles. El investigador ha llegado a relacionar este dato con el tema de los malos tratos a mujeres por parte de sus parejas.
El reguero de asesinatos de mujeres por sus compañeros sentimentales, está últimamente inundando los periódicos, los telediarios, e incluso algunos programas televisivos de corte sensacionalista.
Debemos de señalar al respecto que nadie tiene derecho a pegar, a maltratar,a ejercer la violencia sobre una mujer bajo ningún concepto; pero también que nadie tiene derecho a humillar, a menospreciar, a vejar, a someter a cualquier tipo de maltratos físicos o psicológicos, siendo estos últimos mucho más sutiles y opresores, y en fin más difíciles de mostrar ante cualquier juez.
Se ha llegado a decir que la mujer tiene tendencias más depresivas, las cuales se agudizarán, por supuesto gracias a esos malos tratos. Parece ser que muchas tratan de suicidarse.
Volviendo a nuestro tema originario, la doctora Doreen Kimura realizó un trabajo, el cual sería publicado en la revista «Scientific American», sobre las diferencias relacionadas con el cerebro. Así pues, las mujeres destacaremos a la hora de encontrar semejanzas o disparidades entre objetos; también lo haremos, en relación a nuestra habilidad lingüistica, la cual es mayor, al igual que la rapidez en el cálculo matemático, también dirá que recuerdan mucho mejor señales a lo largo de un camino.
Por el contrario, el hombre tiene un mejor sentido de la orientación.
La diferenciación sexual del cerebro humano se producirá ya antes de nacer, entorno a la octava semana de gestación, según ha afirmado Luis Miguel García, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
García dirá que en el embrión femenino no se produce esa producción de tetosterona, ni de ninguna otra hormona. Cuando no hay exposición hormonal, el cerebro se desarrolla según el patrón hembra. Esto podría llevar a explicar algunos casos de homosexualidad.
En relación con lo expuesto, hay algo que no nos cuadra, y por eso yo me hago la siguiente pregunta: Entonces, Einstein sería un varón en toda regla, ¿Y Picasso era una fémina, por tener más desarrollada «la emoción»?
La ciencia nos puede ayudar en muchas cosas a mejorar, pero no conoce todo, y fundamentalmente, no tiene el absoluto control sobre nuestras mentes, sobre nuestros sentimientos e ideas, gracias a Dios, o a quien sea.

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